
La octava entrega de la directora española Isabel Coixet es una muestra de la madurez cinematográfica que la autora procedente de Barcelona ha obtenido a lo largo de su carrera y experiencia con gente como Penélope Cruz, Peter Sarsgaard, Sarah Polley, entre otros. La historia crea un puente entre la personalidad sentimental de un señor español y su contraparte japonesa, la manera en que ambos manejan el luto sentimental y sus reacciones ante la muerte de un ser querido. El filme, protagonizado por Rinko Kikuchi y con música de Antony & The Johnsons, inicia con segmentos paralelos describiendo los personajes envueltos hasta que el camino de estos se juntan. Los sonidos, imagénes y sabores de Tokio mergen en una historia de despecho, amor, desamor y muerte.
El largometraje a pesar de haber entrado en la selección oficial de Cannes ha sido destrozada por las críticas debido a sus inconsistencia visual y desalineamiento con los fundamentos del mismo, así mismo irradian las comparaciones con "Lost in Translation" y la estética de Wong Kar-Wai (2046, My Blueberry Nights). A mi me pareció que detrás de toda la negatividad inmediata que una película así despierta, tiene aciertos dentro de la mismas fallas, la ciudad no será fidedignamente retratada, pero ¿hay algo más subjetivo que una ciudad y las perspectivas personales de la misma? La química entre los personajes parece fallida, pero ¿hay algo más inconsistente que las relaciones interpersonales?
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